mercoledì 27 novembre 2013

LOS CISNES SELVAJES


Érase una vez un hombre viudo que tenía seis hijos y una hija, Esperanza.
Después de muchos años que él había pasado en soledad, él conoció a una mujer durante un curso de cocina. Esta mujer se llamaba Dolores y era muy rica, muy malvada y avara, pero era también muy linda, entonces el hombre se enamoró y luego se casó con ella.
Dolores no soportaba a los niños e ideó un plan para librarse de ellos. Puesto que ella quería enriquecerse, obligó a los niños a trabajar para ella a costa de abandonar a su padre, apoderándose de su casa y de todas sus cosas.
Los niños, que no querían hacer sufrir a su padre, fueron obligados a aceptar: tenían que escribir recetas durante toda la noche e imprimirlas, haciendo así tantos libros de cocina que podían enriquecer a Dolores. Todo eso tenían que hacerlo en el sótano de una casa en la periferia de la ciudad.
Un día, mientras que ellos estaban trabajando, Esperanza conseguïó escapar, prometiendo a sus hermanos encontrar una solución a esta situación. Aquella noche Esperanza vagó por la ciudad y antes de la madrugada decidió ir a la policía para denunciar a su madrastra, pero sin pruebas ella no podía hacer nada. La pobre chica no sabía adónde ir y qué hacer y así rompió a llorar. En ese momento estaba pasando una señora por la calle y cuando vio a Esperanza le preguntó que le pasaba. La chica le contó toda la historia. Al final la señora, que se llamaba Rosalinda, le dijo que ella sabía como ayudarla: "Yo te ayudo, pero solo con una condición: que debes limpiar toda mi casa todos los días, mientras que yo salgo y voy a buscar las pruebas. ¡La casa tiene que ser perfecta para que yo pueda continuar con las investigaciones!, ¡si no lo harás, yo dejaré de investigar!" Esperanza aceptó y el mismo día empezó el trabajo en casa de la señora. Al principio fue muy difícil porque la casa era muy grande y habían muchas habitaciones. Pero poco a poco limpiar llegó a ser más fácil y empezó nada menos que a gustarle. Su perseverancia fue gratificada, de hecho un día Rosalinda volvió a casa con todas las pruebas. 

2 commenti:

  1. Esperanza y Rosalinda se fueron a la policía, que aceptó las pruebas. Las guardias arrestaron a la madrastra por explotación de menores.
    El padre y los hermanos de Esperanza eran felicísimos y para dar gracias a Rosalinda decidieron que ella habría vivido con ellos, porque antes vivía sola.
    Todos fueron felices y comieron perdices.

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  2. Muy bien Julia por tu cuento!!
    Gracias Fabian por tu respuesta.

    Saludos,
    Liliana

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